miércoles, 30 de mayo de 2012

Una madre nicaragüense!

En nuestra Nicaragua celebramos con alegría, hoy 30 de Mayo, el Dia de las Madres; por las calles se ven multitudes abarrotando las tiendas y pastelerías, buscando ese regalo perfecto que demuestre el cariño y agradecimiento hacia ellas.

En repetidas ocasiones he escuchado y leído que ser madre es una bendición, un regalo de Dios. Al parecer, los nicaragüenses hemos sido bendecidos al tener como madres a las mujeres más abnegadas; las madres nicaragüenses  han sabido luchar frente a las adversidades, siempre haciendo frente con todo el valor y el ánimo a cuanto problema se les ha planteado; todo por criar a sus hijos de la mejor manera, anteponiendo las necesidades de sus hijo.

Nuestro país ha vivido en constante sufrimiento, grandes crisis en las que el padre ha tenido que abandonar el hogar para ir a buscar trabajo en otro lugar; y es ahí donde la imagen de la madre se hace más grande, pues es la que siempre ha quedado al frente del hogar, dando la cara ante los problemas y muchas veces buscando también cómo generar ingresos para la manutención del hogar. Otras miles de mujeres, por las circunstancias de la vida, les ha tocado criar a sus hijos solas, sin el apoyo de un padre para sus hijos, sin embargo siempre encuentran la manera de luchar y salir adelante de los problemas. La madre nicaragüense está acostumbrada a ser madre, padre, profesor, psicólogo y confidente de sus hijos; está acostumbrada a no rendirse nunca, a ser esa persona que alienta, aconseja e impulsa, es, sin lugar a dudas, el motor de la familia nicaragüense.

Se necesitarían muchas páginas para describir las virtudes de nuestras madres, se necesitaría una vida para expresar el agradecimiento que les debemos.  Nos queda honrarlas y agradecerles por todo lo que a diario hacen por nosotros, por los oportunos castigos que nos impusieron, por las reglas que en su momento considerábamos ridículas y drásticas, por estar siempre a nuestro lado, siendo ese soporte incondicional e imprescindible con el que sin saber, o sin reconocer, hemos contado todo el tiempo.

Personalmente, doy gracias a Dios por haberme dado una madre ejemplar, que ha vivido pendiente todo el tiempo de lo que sucede conmigo, que en todo momento me ha apoyado y me ha impulsado cada día; que hizo todo lo posible por educarme y convertirme en un hombre de bien, que sigue pendiente de cada paso que doy, que no sabe hacerlo de otro modo porque, según dice ella, ese es la labor de una madre.

¡FELICIDADES MADRES NICARAGÜENSES! Es una bendición ser sus hijos.


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