lunes, 9 de diciembre de 2013

Mi primer "gritería".

¡Hola a todos los que se toman el tiempo de leerme!

Les cuento que anduve por la ciudad de León, era un viaje de placer, más que de otra cosa; pero me dio la oportunidad de ver, por primera vez, la famosa "gritería".

No soy católico y por lo tanto nunca he participado de esta tradición, conozco poco de los fundamentos de ella, así que no tocaré ese tema, respeto al que cree y al que no, cada quien está en su derecho.

Les contaré nada más de lo que pude observar, aprovechando que estaba en la ciudad donde la celebran con mayor intensidad, quise salir a dar una vuelta por las calles para ver de cerca la forma en que los leoneses viven su gritería; y es que la forma en que la celebran en León es completamente distinto a lo que hacen en mi pueblo, en Sébaco lo hacen más privado, el que va a celebrar su "purísima" invita a la gente que él quiere que llegue, generalmente amistades y familiares; no pueden faltar los cánticos y rezos a "La Virgen" y la repartidera de los "paquetes"; aquí el dueño de la celebración regala un paquete completo a cada uno de los asistentes, generalmente este incluye una bolsa o pana (plástica), limón dulce, caña, gofios, uno que otro juguetito y caramelos y algún detalle distintivo, el paquete tradicional.
 
En León la cosa es distinta, la gente prepara sus altares (con mucha dedicación) y abren sus puertas a todo el que pasa, el que anda gritando se acerca a la puerta y al grito de "¿Quién causa tanta alegría? recibe del dueño de casa un ¡La Concepción de María! y un regalo (fósforos, panas, dulces, naranjas, juguetes, azúcar, café, etc), finalizando su breve visita con un ¡Qué viva La Virgen! Eso es todo, y así va de casa en casa el que anda gritando, hasta recoger la mayor cantidad de productos posibles y formar tu propia "gorra" (muy grande, por cierto); aquí no hay rezos ni cánticos, lo importante es el grito ferviente y animoso.

¡Ah, y los altares! En eso si no hay comparación (lástima que solo pude tomar una foto debido a la cantidad de gente), ¡qué cosas más bellas! Se nota la dedicación y esmero que le ponen los leoneses a esto, decoraciones bellísimas que parecen sacadas de libros de cuentos y fantasía, ahí si ni qué decir, simplemente excepcionales. Tuve la oportunidad de estar en una casa donde tenían uno (el de la imagen) y pues, la señora me contó cómo ellos se preparan con varios meses de anticipación para esta fecha, ahorrando dinero para comprar los diferentes productos que van a regalar y alistando la decoración del altar de "La Virgen"; realmente es admirable su devoción.

Pues bien, además de todo esto ¿qué más puedo contarles? Ah... ¡qué gentío! Las calles se ponen, prácticamente, intransitables; la cantidad de gente es enorme, gente de la ciudad y gente del campo que llegan a participar de la "gritería", todos con su mochila o saco dispuesto a ser llenado; una de las cosas negativas que vi es que también llega mucho delincuente a aprovecharse de la situación; así como también vi gente botando lo que les dieron porque no era lo que esperaban, allá ellos.

Bien, eso es todo, como les dije en las primeras líneas, fue una experiencia nueva para mi y quería compartir lo poco que logré conocer y observar (sin ahondar en cuestiones de credo), y como experiencia fue muy gratificante.